¿Cómo educo a mi marca corporativa?

Si creíais que con traer un hijo al mundo tenéis todo el trabajo resuelto, estáis muy equivocados. La realidad va más allá. Esta parte, no es la complicada. Aquello que al final concentra todo el mérito es educarle, quererle y ayudarle para que acabe convirtiéndose en una persona de provecho.

Pues bien, lo mismo ocurre con una marca corporativa. Al igual que un recién nacido, nacerá sin identidad corporativa. Sin objetivos ni estrategias definidas. Sin un plan de negocios o, simplemente carente de personalidad o forma de ser.

A menudo no somos conscientes de que la personalidad nos identifica y proyecta nuestra imagen allá donde vamos. Y al igual que en un niño, la personalidad de una marca corporativa acabará por determinarla su entorno, cultura y experiencias.

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Dime con quién vas y te diré que marca corporativa eres

Nuestra marca corporativa será dotada de una vida propia, sentimientos y personalidad. Una identidad corporativa que, como si de una persona con labia se tratase, será capaz de decir quién es, que hace y como lo hace sin necesidad de explicarlo.

Si queremos concebir una marcar corporativa que se desmarque del resto, deberemos proporcionarle una especie de guía direccional en su vida. Y es aquí, donde aparecen el branding y la identidad corporativa, ya que son los elementos que nos proporcionaran las pautas oportunas para saber cómo crear un ambiente oportuno para el desarrollo de mi marca.

Que no te avergüence pensar distinto

A lo largo de su vida, una marca corporativa irá ligada una filosofía, unos valores y una cultura propia. Y son los objetivos de la estrategia del branding corporativo los que moldearán la base de la marca para propiciar la creación de una personalidad, única.

Está muy bien eso de dejarse llevar e improvisar en el día a día, pero, como si de nuestro retoño se tratase, nuestra marca corporativa necesita una buena educación que le aporte las herramientas necesarias en su crecimiento. O en el caso de andar ya algo perdida en su adolescencia… encaminarla a tiempo:

  1. Quién es mi cliente ideal: como si de nuestras amistades se tratase, una marca corporativa conocerá los gustos y hábitos del público objetivo que le acompaña en su día a día. Sabremos que regalarles para su cumpleaños, y en el caso de la marca corporativa, sabremos hacia dónde dirigir nuestra acción para satisfacer sus necesidades.
  1. Cómo llego hasta él: debemos ubicar un escenario donde encontrar a nuestros clientes. Es decir, detectar aquellos lugares que frecuentarán nuestros amigos para crear una vida social productiva, que podría traducirse como un plan de negocio.
  1. Cómo me diferencio del resto: si algo diferencia a una persona de otra, es su carácter o la rapidez y firmeza en su argumentación. En el caso de una marca corporativa, sería su posicionamiento.

Ahora que ya nos conocemos mejor, deberemos localizar nuestros puntos fuertes y débiles para poder acabar de definir la personalidad de nuestra marca corporativa. Ya que, en definitiva, el branding y la identidad corporativa no dejan de ser el resultado de la percepción de nuestros clientes sobre nosotros mismos, a partir de la interacción y las experiencias.

Aquí estoy yo

Pongamos un ejemplo cotidiano acerca del mensaje que nos define. Un ser humano no tiene logo, ni colores, ni naming. Así que imaginaros que en la cajita de nuestro twitter no hay una definición que recoja de manera original nuestro ADN. O que a nuestro teléfono móvil le acompaña un ‘Hey there I’m using WhatsApp’. Si algo es evidente es que según el mensaje que pongamos, atraeremos la atención de uno u otro público.

Está claro que si nos encontramos ante un grupo de personas, donde todos utilizan las mismas expresiones para hablar y van vestidos siguiendo las pautas que marca la industria de la moda, no habrá nadie que se diferencie del resto. Nadie que tenga un atributo capaz de atraer la atención.

Así que, sigamos siendo sinceros. Qué prefieres, entrar a formar parte de un grupo homogéneo y saturado, e intentar destacar a base de irte conociendo… ¿o hacer una llegada triunfal que vaya a diferenciar tu marca corporativa para siempre del resto?